sábado, 9 de enero de 2010

Todo crecre y se modifica, y yo cada vez me siento más pequeña.

Ya no soy esa niña que se asombraba ante el mundo, ya no me importa si el cielo es azul, ya no temo perderme en el supermercado, y ya no me importa mas que mi propio mundo. Perdí aquella intuición que suelen tener los niños, esa convicción a la hora de decir algo. Aprendí que hay cosas de las cuales se pueden hablar y que otras deben quedar sepultadas dentro de uno mismo aunque a veces estas sean las razones que atormentan tanto a los adolescentes como a los adultos; Crecí; y todos a mi alrededor también crecieron, el trato de ciertos padres que yo conocí como represivo se altero a lo largo de los años, pero en mi caso esto no sucedió. Es desesperante verme truncada en un mismo lugar sin que nada a mi alrededor se modifique, la monotonía me frustra, y me frustra que el no entienda que la adolescencia es una etapa donde forjar un poco la independencia. Y veo nuevamente que todo crece, se modifica a mí alrededor y el cada vez me hace sentir más pequeña como persona. No ve que su pequeña niña ya es una mujer y que el no puede remendar el pasado, el siempre va a ser un recuerdo extraviado para mi, ya nada puede volver a ser como el desea porque ya no tengo cinco años.

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