lunes, 30 de noviembre de 2009

Romanse


"Que suerte tuve de conocerte,cuando ya no me podia ni ver."

Bueno gracias por este primer mes juntos,la verdad es que te amo muchisimo.Todavia doy gracias a esa simple casualidad que me permitio conocerte,sos lo mejor que me pudo pasar.No puedo dejar de pensar en vos y de lo que pasamos hasta ahora, y espero que esto dure para siempre.Te amo mucho!

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Alusión a mi pasado:

2:46 de la madrugada, no logro dormir, y el pesado aire a pasado me llevo a remover unas fotos, y te encontré a vos, una de las verdaderas amigas que supe despreciar. Me pregunto en que momento se bifurcaron nuestras vidas, me cuestiono el porque de esta distancia, cuando solíamos ser tan unidas que la gente nos confundían con una sola. Uy cuantos recuerdos inundan mi mente, si tan solo pudiera llorar ya me habría ahogado en aguas tan profundas que seria difícil volver a reencontrarnos.
Cuantos sueños, cuantos deseos dejamos olvidados en el indómito pasar del tiempo. Cuantos momentos, cuantas tardes compartidas, a veces riendo, a veces disfrutando de un silencio sepulcral y a veces llorando al unísono, intentando aplacar nuestro dolor la una a la otra.
Y ahora te miro, y pienso que no te importo, y que soy inútil por quedarme truncada en situaciones pasadas, pero como evitar aquella frase desgarradora en mi mente, sin que quebrante mis sentidos, hasta sentirlo en mi como un dolor punzante en el cuerpo, “sos la chica que aunque se vea tan imperfecta, alcanzo la perfección para mi.” Eso solía repetirte en los incesantes bajones, o veces solo callaba para evitar verte llorar.
son tantos nuestros recuerdos que agobian mi mente, pero así como el cigarrillo va consumiendo mis pulmones, de la misma forma, consume mis palabras, limitándome a continuar. Y al final lo que quiero decir, es que intento mirarte y encontrar vestigios de la chica que algún día conocí, pero el tiempo paso y vos cambiaste, lógico, “Los únicos que nunca cambian, son los tontos y los muertos” (Jorge Luis Borges), y sé que aquello no va con vos. Y estos cambios son una barrera para impedir volver al pasado, se que ya nada es como antes, pero te sigo queriendo con la misma intensidad. Y quien sabe si no se cumplirá lo que algún día soñamos, reencontrarnos, sorprendernos nuevamente una tarde de verano.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Hilos de sangre

Ella se queja, ella se cansa, habla de él a sus espaldas. A veces creo que lo odia, otras creo que lo ama lo suficiente como para sacrificar la felicidad de sus hijos y a veces simplemente creo que está con él por comodidad. Y el ama de forma equivocada, es obsesivo, posesivo, me tiene como a un perro atado a sus espaldas, prohibiéndome tirar de la correa, y yo tiro y tiro, pero no hay resultado, el me grita y me maltrata, no soy nada, el me calla, pero jamás callara mis anhelos de libertad. Y ella me mira, a veces me compadece, a veces creo que me comprende y otras veces me mira con esa mirada cínica como si acá no sucediera nada. Ella dice querer dejarlo, pero sigo truncada en un recuerdo que ya no existe, el no es quien solía ser cuando lo conociste, “¿tan difícil es de entender?, ¡basta de denigrar tu vida, por dios.!” En cambio el todo el tiempo nos mira con desconfianza, el sabe que no nos conoce, no nos comprende, no sabe que queremos, ni que necesitamos, somos extraños unidos por un hilo de sangre.

martes, 10 de noviembre de 2009

When i saw you

Recuerdo la primera vez que te vi, apartado del mundo, excluido por tu propio pensar y por tu formar de obrar. Estabas ahí, parado, aguardando no sé exactamente que, con tu pelo largo, y con la mirada tímida de un niño extraviado en medio de una multitud. Ese día te mire e inmediata mente comente con una amiga “ese chico es interesante, algún día voy a hablar con el”, y a mi amiga le causaste la misma impresión. Intente hablar con vos pero tu respuesta fue cortante como una cuchilla, evadiste mi mirada, mi presencia, llegue a pensar que tal vez no te interesabas por saber como era. En si, los días pasaban, me acostumbre a ignorar tu presencia así como lo hacia con el resto, pero no era por rencor, sino porque no suelo insistir. Entonces con el tiempo aquella idea de hablar con vos se desplazo de mi mente, pero por el extraño acontecer de las cosas, aun así, nos encontramos atraídos por alguna clase de magnetismo casual. Me senté en aquel asiento vacío sin ninguna expectativa, y siendo sincera con el menor interés de hablar, ahora era yo la de las respuestas cortantes y carentes de sentimientos. Pero aún así hablamos, compartimos, reímos, flasheamos, noctámbulos por la noche bebimos, fumamos, nuevamente hablamos, reímos, me presentaste a tus amigos y yo a los míos, salimos, viajamos, observamos, comimos, jugamos y me conociste en uno de mis peores estados de pánico. Corrimos, nos abrazamos, te tome de la mano y nos perdimos en aires de incertidumbre. Éramos felices. Te vi, sonreíste, recordaste, recordé con la inexorable duda de aquello que sentía, que sentías. Y me pareció que éramos como dos objetos inherentes, por alguna razón, estábamos unidos y resultábamos inseparables. Entonces te invite a que me conozcas, viniste, me abrazaste, nos besamos y acá estamos, impulsados por el querer, temiendo a pesar de que todo parezca inocuo, falibles ante todo y a la espera de que nuestros caminos jamás se bifurquen.