viernes, 20 de noviembre de 2009

Hilos de sangre

Ella se queja, ella se cansa, habla de él a sus espaldas. A veces creo que lo odia, otras creo que lo ama lo suficiente como para sacrificar la felicidad de sus hijos y a veces simplemente creo que está con él por comodidad. Y el ama de forma equivocada, es obsesivo, posesivo, me tiene como a un perro atado a sus espaldas, prohibiéndome tirar de la correa, y yo tiro y tiro, pero no hay resultado, el me grita y me maltrata, no soy nada, el me calla, pero jamás callara mis anhelos de libertad. Y ella me mira, a veces me compadece, a veces creo que me comprende y otras veces me mira con esa mirada cínica como si acá no sucediera nada. Ella dice querer dejarlo, pero sigo truncada en un recuerdo que ya no existe, el no es quien solía ser cuando lo conociste, “¿tan difícil es de entender?, ¡basta de denigrar tu vida, por dios.!” En cambio el todo el tiempo nos mira con desconfianza, el sabe que no nos conoce, no nos comprende, no sabe que queremos, ni que necesitamos, somos extraños unidos por un hilo de sangre.

1 comentario:

  1. lindo, triste, y agobiante a la vez.
    te amo agustina, sos tan linda zorraa!
    tenemos qe juntarnos a escabiar amiga.

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